El 76º período de sesiones de la AGNU y la situación de las mujeres
La Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) es la reunión anual de líderes mundiales más amplia del mundo. Se trata de una semana repleta de deliberaciones, discursos, eventos paralelos e incluso comparecencias de personalidades célebres.
Aunque la AGNU ha sido el escenario de varios momentos históricos para la igualdad de género, todavía queda mucho camino por delante en lo que respecta a la representación y la participación de las mujeres.
Sólo cuatro mujeres han sido elegidas presidentas de la AGNU en 76 años, y solo 22 de los 193 Estados Miembros representados actualmente tienen a una mujer como Jefa de Estado o de Gobierno. Las Naciones Unidas nunca han tenido una mujer como Secretaria General.
2021 (AGNU 76)
Hoy, 21 de septiembre de 2021, comienza el septuagésimo sexto periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. El debate general durara hasta el próximo lunes 27. La AGNU 76 se centrará en el tema: “Crear resiliencia a través de la esperanza: para recuperarse de la COVID-19, reconstruir la sostenibilidad, responder a las necesidades del planeta, respetar los derechos de las personas y revitalizar las Naciones Unidas”.
Los efectos de las crisis nunca son neutrales desde el punto de vista del género, y la COVID-19 no es la excepción. Los estados deberían adoptar medidas firmes para contrarrestar los efectos desproporcionados de la pandemia sobre las mujeres mientras estudian cómo recuperarse y crear resiliencia a partir de la experiencia adquirida con la COVID-19.
Pandemia e igualdad de género
La pandemia ha traído para muchas mujeres, en países con economías de todos los tamaños, la perdida de ingresos por el trabajo remunerado y el aumento de la carga de trabajo doméstico y de cuidado no asalariado. En definitiva, las mujeres soportan más duramente el peso de los efectos socioeconómicos de la COVID-19.
Así ocurre en toda crisis económica, porque las mujeres tienen salarios más bajos que los hombres y menos ahorros, encabezan la mayoría de hogares monoparentales y son las que con mayor frecuencia abandonan el trabajo remunerado para dedicarse a los cuidados de la familia.
Hoy en día, la inseguridad económica no se trata sólo del empleo y la pérdida de ingresos. Se calcula que más de 11 millones de niñas podrían no volver a la escuela después de la crisis de la COVID-19. Esto alimenta graves consecuencias porque la falta de educación y la inseguridad económica también incrementan el riesgo de sufrir violencia de género.
En conclusión, las repercusiones en la educación y el empleo tienen consecuencias duraderas que, si no se abordan, suprimirán los logros que tanto ha costado conseguir en materia de igualdad de género.
Se recomienda consultar las fuentes original de esta publicación: ONU MUJERES y UN WOMEN MEDIUM.
Se puede encontrar más información en materia de empleo con perspectiva de género en el Observatorio de Igualdad y Empleo.
El Observatorio de Igualdad y Empleo es una acción de divulgación que forma parte del proyecto DANA+, financiado por el Fondo Social Europeo.